Un rostro expresivo sonríe no solo con la boca sino también con los ojos. Y es que es precisamente en la mirada donde se concentran todos esos matices imperceptibles y contundentes que transmiten la realidad de las emociones. Una zona a la que cada vez más personas prestan atención por medio de los recursos de la cirugía plástica.
La intervención se denomina blefaroplastia que tiene como objetivo corregir las bolsas hinchadas, el exceso de piel en los párpados y la caída natural que se genera en los tejidos que rodean al ojo. Por lo general son problemas con un origen genético, donde el paso del tiempo y la fuerza de gravedad actúan sobre el rostro, generando un aspecto en cierto modo envejecido que suele causar una clara incomodidad estética. Pueden aparecer en personas jóvenes entre 27 y 35 años, aunque es más frecuente que surjan a partir de los 40.
La operación es rápida y cómoda, dura aproximadamente hora y media y se realiza, generalmente, con anestesia local y sedación. Puede ser superior, inferior o doble cuando el paciente presenta descolgamiento del párpado superior y bolsas. En cuanto al postoperatorio no suele ser doloroso y los puntos se quitan pasados 4-5 días. Como resultado se llegan a solucionar problemas de dificultad en la visión además de ofrecer una mirada despejada y rejuvenecida pero la forma natural del ojo, sin embargo, permanece intacta.
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Fuente: bellezamedica.es