De entre todos los tratamientos de cirugía plástica, la vaginoplastia o cirugía íntima es uno de los que genera mayor reparo entre las pacientes. No solo porque es una zona directamente ligada con la intimidad femenina sino porque, además, existe un gran desconocimiento acerca de esta técnica. Y, si bien las motivaciones que conducen a la necesidad de someterse a una vaginoplastia o cirugía íntima son de lo más variadas y personales, no hay que olvidar que la incomodidad estética (y física) de los órganos genitales puede ejercer un poderoso efecto negativo en la autoestima de la persona.
Para recuperar esa confianza, la cirugía plástica puede ser de gran ayuda. Gracias a esta metodología quirúrgica, con la vaginoplastia o cirugía íntima se pueden modificar las dimensiones de los labios mayores y menores, vulva y vagina en general. Es decir, corregir, cuando las hay, asimetrías exageradas o agrandamientos que alteran el aspecto y generan malestar en la mujer. Puede tratarse tanto de alteraciones congénitas, como la ausencia de vagina, cavidad corta o clítoris agrandado, pero también de otras que surgen como consecuencia de los cambios de peso, la edad o después de la maternidad. O, también, de secuelas de algún padecimiento o intervención previa, como deformidades, contracturas o mutilaciones traumáticas.
Gracias a la vaginoplastia o cirugía íntima, sin embargo, se puede lograr algo más que una apariencia más armónica de la zona. Y es una clara mejora del confort físico. Aquí (como en la mayoría de los casos) no entran en juego solo las cuestiones estéticas, que pueden provocar incomodidad visual, sino también los malestares de naturaleza física que se llegan a experimentar diariamente por el uso de prendas como pantalones, ropa de baño, indumentaria deportiva o cuando se mantienen relaciones sexuales. Dicho de otra manera, los cambios que resultan de la vaginoplastia o cirugía íntima afectan directa y positivamente a la calidad de vida de las pacientes.
Las técnicas de vaginoplastia o cirugía íntima que pueden aplicarse son muy variadas y dependen de las particularidades de cada caso. El rejuvenecimiento, por ejemplo, puede incluir un estrechamiento de vulva, aumento con lipoinfiltración e incluso reducción de labios mayores. Aunque existen otras alternativas de vaginoplastia o cirugía íntima que se centran más en la remodelación de los labios menores o en la reestructuración de las discordancias pigmentarias. Las intervenciones, por otra parte, suelen tener una duración media de dos horas, aproximadamente, y no requieren de ingreso en el hospital.
En cuanto al postoperatorio de la vaginoplastia o cirugía íntima, es importante seguir siempre las instrucciones del cirujan@. Pero, por lo general, es un proceso llevadero que concede una gran autonomía y exige únicamente la realización de ciertas curas. Los resultados son inmediatos y ganan definición con el transcurso de las semanas. Pero para que sean del todo satisfactorios es necesario adecuar, desde el principio, las expectativas de proporción y naturalidad a la realidad física de cada paciente. Confiar en los profesionales titulados y experimentados es, por tanto, crucial.
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