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Cáncer de piel

Cualquiera puede tener cáncer de piel, sin importar su tipo de piel, la raza o la edad. Tampoco importa dónde viva ni lo que haga. Pero tendrá mayor riesgo:

  • Si tiene la piel blanca o con pecas.
  • Si tiene el cabello y los ojos claros.
  • Si tiene muchos lunares o algunos de formas o tamaños raros.
  • Si tiene antecedentes familiares de cáncer de piel o antecedentes de quemaduras solares.
  • Si pasa mucho tiempo trabajando o jugando al aire libre.
  • Si ha recibido tratamiento terapéutico radioactivo contra el acné en la adolescencia.

Para poder lograr una efectiva medicina preventiva se requiere de la participación activa del usuario. Todos somos potencialmente sensibles a este tipo de patologías por lo que es vital conocer qué son y cómo podemos evitarlas.

Por ello, en clínica Dr. Juan Ignacio Palacios Ortega le queremos dar cierta información de importancia sobre el cáncer de piel y otras alteraciones cutáneas.

Tipos de cáncer de piel

El tipo de cáncer de piel más conocido es el carcinoma basocelular. Es también el menos peligroso, ya que tiende a crecer muy despacio y es muy extraño que se desarrolle en otro lugar que no sea su sitio inicial. El carcinoma baso celular puede presentarse en diferentes formas. Generalmente comienza como un pequeño nódulo en forma de perla.

A pesar de que el carcinoma basocelular rara vez es una amenaza para la vida, si se deja sin tratamiento puede crecer e invadir los tejidos profundos de la piel e incluso los huesos, causando daños muy serios (particularmente si está localizado cerca del ojo).

El carcinoma basocelular puede presentarse en diferentes formas. Generalmente, comienza como un pequeño nódulo en forma de perla con finos vasos en la zona. También puede presentarse como una pequeña herida que forma una costra pero que no cura del todo con el paso del tiempo. Es el más frecuente y menos peligroso siempre que se trate a tiempo.

El carcinoma epidermoide puede comenzar como una zona rojiza escamosa, un grupo de nódulos costrosos o como una herida que no cura. Evoluciona peor que el cáncer basocelular y es más peligroso, puesto que puede extenderse a distancia de su origen.

El carcinoma epidermoide es el siguiente cáncer de piel más común y aparece frecuentemente en labios, cara u oídos. Algunas veces se extiende a lugares más distantes del cuerpo, incluyendo nódulos linfoides y órganos internos. El carcinoma escamoso constituye una amenaza para la vida si no es tratado a tiempo.

El carcinoma epidermoide puede comenzar como una zona rojiza escamosa, un grupo de nódulos costrosos o como una herida que no cura.

Una tercera forma de cáncer de piel, el melanoma maligno, es el menos común pero su incidencia es mayor cada día. Es también el cáncer de piel más peligroso. Si se detecta a tiempo puede ser completamente curado. Si no se trata rápidamente, el melanoma maligno se extiende rápidamente a todo el cuerpo y generalmente es mortal.

El melanoma maligno es frecuentemente asimétrico, con los bordes borrosos o irregulares y de muchos colores. Cuanto mayor sea su diámetro suele ser peor al igual que si se encuentra sobreelevado. Es potencialmente peligroso y mortal si no se trata a tiempo.

Otros dos tumores de piel comunes son los lunares y las queratosis.

Los lunares, pecas o nevus, son grupos de células de la piel excesivamente pigmentadas, bien planas o que sobresalen de la superficie de la piel. La mayor parte no son peligrosos aunque algunos, particularmente los lunares de nacimiento o aquellos que tienen un color como jaspeado, moteado y de bordes mal definidos, podrían convertirse en melanomas malignos.

Los lunares son frecuentemente extirpados por razones estéticas o porque se irritan constantemente con la ropa o con las joyas (las cuales pueden ser, algunas veces, la causa de que los lunares se conviertan en tumores cancerosos)

Las Queratosis solares o Queratosis actínicas son ásperas, rojas o marrones y con forma de parches escamosos sobre la piel. Se encuentran generalmente en áreas expuestas al sol y algunas veces evolucionan a carcinomas escamosos.

Los carcinomas basocelulares y los carcinomas escamosos pueden variar ampliamente en cuanto a su apariencia o aspecto.

Puede empezar como un nódulo pequeño blanco o rosáceo; puede ser suave y brillante, como de cera o con un agujero en la superficie. O podría aparecer como un punto rojo áspero, seco o escamoso… un bulto rojo y firme que puede formar una costra… un grupo de nódulos costrosos… una herida que sangra y no cura después de pasadas de 2 a 4 semanas… o un lunar blanco que parece una cicatriz.

El melanoma maligno se suele identificar por cambios en el tamaño, en la forma o en el color de un lunar o como un nuevo lunar que crece en la piel normal.

  • Asimetría: crecimiento con mitades desiguales.
  • Bordes: irregulares, mal definidos, no precisos.
  • Color: para aquellos con una apariencia moteada, con sombras marrones y negras, algunas veces mezcladas con rojo, blanco o azul.
  • Diámetro: si crece más de 6 mm a lo largo (como el tamaño de una goma de borrar) o si tiene un crecimiento inusual.
  • Elevación: tiene relieve sobre la piel sana adyacente.

Si todos estos datos le confunden, lo más importante es que recuerde esto: conozca su piel y examínela regularmente, desde la punta de la cabeza a las palmas de los pies (y no olvide su espalda). Si nota algún cambio inusual en cualquier parte del cuerpo, vaya a su médico a que se lo revise.

Su cirujano plástico podrá extirparle quirúrgicamente el tumor de manera que los resultados finales en cuanto a apariencia estética sean los mejores, lo que es importante tener en cuenta si el cáncer está en una zona visible. Si el tratamiento es otro distinto que el quirúrgico, el cirujano plástico le recomendará al especialista apropiado.

El cáncer de piel es diagnosticado extirpando parte o todo el tumor y examinando sus células por microscopio. Puede ser tratado con varios métodos, dependiendo del tipo de cáncer que se trate, de su estado y de su localización en el cuerpo.

La mayoría de los cánceres de piel son extirpados quirúrgicamente por un cirujano plástico o por un dermatólogo. Si el cáncer es pequeño, el procedimiento será rápido y fácil en la consulta del médico, usando anestesia local.

El procedimiento puede ser una simple extirpación que suele dejar una cicatriz delgada y apenas visible o puede hacerse un curetaje, seguido de una extirpación (en este procedimiento el cáncer es raspado con un instrumental especial y se trata el área con corriente eléctrica para controlar el sangrado y matar las células cancerosas. Esto deja una cicatriz blanca y un poco mayor). En ambos casos, el riesgo del procedimiento es bajo.

Si el cáncer es extenso, si se ha extendido a los ganglios linfáticos o a cualquier parte del cuerpo será necesaria una cirugía mayor.

Otros tratamientos para el cáncer de piel incluyen la criocirugía (congelar las células cancerígenas), la radioterapia (usando rayos X), la quimioterapia tópica (drogas anticáncer aplicadas a la piel) o la cirugía de Mohs (que sólo la hacen médicos especializados y generalmente requiere un procedimiento de reconstrucción posterior)

Las diferentes técnicas que se usan en los tratamientos del cáncer de piel pueden salvarle la vida, pero pueden también dejar al paciente con unos resultados funcionales y estéticos no muy satisfactorios.

Dependiendo de la localización y de la gravedad del cáncer las consecuencias varían; desde una pequeña y casi invisible cicatriz hasta cambios permanentes en la estructura facial, la nariz, las orejas o el labio.

En esos casos, sin importar quién realice el tratamiento inicial, el cirujano plástico será una parte importante del equipo del tratamiento.

Las técnicas de cirugía reconstructiva (desde la reconstrucción de una simple cicatriz a complicados trasplantes de piel desde cualquier otra zona del cuerpo) pueden reparar el tejido dañado, reconstruir partes del cuerpo y devolver a la mayoría de los pacientes una apariencia aceptable y funcional.

Luego de haber sido tratado de cáncer de piel, su médico debe revisarle regularmente para asegurarse de que el cáncer de piel no reaparezca.

Su médico, sin embargo, no puede evitar que el cáncer aparezca de nuevo, todo dependerá de usted. Para esto es fundamental cambiar viejos hábitos y crear otros nuevos.

Estas medidas de prevención también se pueden aplicar a personas que no hayan tenido cáncer de piel anteriormente:

  • Evite exposiciones prolongadas al sol, especialmente entre las 12 y las 15 horas durante los meses de verano.
  • Tenga en cuenta que los rayos ultravioleta pasan a través del agua y las nubes y se reflejan en la arena y en la nieve.
  • Si está al aire libre durante mucho tiempo lleve ropa protectora, como sombreros de ala ancha y manga larga.
  • Para cualquier tipo de piel use una crema protector con FPS (Factor de Protección Solar) del número 15-20 como mínimo. Aplíquela abundantemente, una hora antes de salir y reaplíquela frecuentemente, especialmente si ha estado nadando o sudando.
  • Examine su piel regularmente. Si encuentra algo sospechoso consulte a su cirujano plástico o a su dermatólogo lo antes posible.

No dude en consultarnos, ante cualquier sintomatología que usted considere anormal en su piel, acuda a profesionales expertos que le den el asesoramiento indicado para resolver todas sus dudas.

En el centro médico del Dr. Juan Ignacio Palacios Ortega le ofrecemos atención personalizada de la mejor calidad. Contacte con nosotros.

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