Por un resultado más natural.
El paso del tiempo ha comportado fuertes avances en el campo de los materiales, técnicas y cualificación profesional en el campo de la cirugía plástica. Algo que se ha traducido en la obtención de mejores resultados y, por ende, mayor satisfacción en los pacientes. No en vano, se trata de un sector en continuo progreso con el objeto de ofrecer servicios cada vez más seguros, fiables y precisos. Y, entre las claves para lograrlo, destaca la necesaria formación de los profesionales.
Todo cirujano plástico que quiera ejercer como tal debe garantizar una especialización homologada y acreditaciones de formación continua que demuestren la puesta al día en las últimas novedades tanto desde el punto de vista técnico como en términos de productos y materiales. Solo así es posible garantizar el dominio y la destreza necesarias para alcanzar resultados naturales, armónicos, proporcionados y estéticamente agradables.
No se trata, por tanto, de crear algo artificial sino de fluir naturalmente con el aspecto del paciente, velando al mismo tiempo por su salud y alejándose de estándares adulterados por los medios, las redes sociales y los programas de manipulación fotográfica. Es decir, que la intervención de medicina estética se note respetando en todo momento la armonía de los rasgos físicos personales. Una idea cada vez más presente en los pacientes que deciden someterse a una intervención de cirugía plástica.
La demanda presenta un perfil demográfico mayoritariamente femenino, aunque la presencia de hombres va en aumento, y de edades muy variadas. Desde menores que necesitan el consentimiento de los progenitores hasta personas de más de 70 años que deciden mejorar su imagen. Entre los tratamientos más solicitados se encuentran la rinoplastia, blefaroplastia, ginecomastia y aumento de pecho. Y, en todos ellos, los pacientes buscan naturalidad en los resultados.
Más allá de la motivación que empuja a dar el paso, desde intereses estéticos hasta funcionales que permiten corregir malformaciones, enfermedades, lesiones o asimetrías, los pacientes desean efectos visibles e invisibles al mismo tiempo. Es decir, que permitan experimentar un cambio sin renunciar a la esencia más genuina de su aspecto. Pero conviene siempre recordar que la cirugía estética no pretende cambiar a las personas, sino simplemente mejorar su calidad de vida por medio del embellecimiento armónico o modificación de ciertas singularidades disonantes. No hace milagros pero sí reporta una gran satisfacción personal.
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